
Visita de paz a Sawarak, Malasia, en Borneo, 19 de febrero, 2020
En nuestro viaje de paz por el Sudeste Asiático visitamos la escuela del pueblo "Sekolah Kebangsaan Salak" en Sawarak, cerca de Kuching. El anuncio de la visita a la escuela por parte del movimiento pacifista alemán nunca había llegado a la escuela, por lo que la directora de la escuela dejó claro que no era posible visitar la escuela y entregar regalos sin el permiso del gobierno.Mientras los adultos seguían tratando de encontrar soluciones, los niños confiaron inmediatamente en nosotros y se acercaron abiertamente y con interés. Rápidamente se estableció un contacto cordial que también conmovió a la directora. Finalmente dio permiso a los alumnos, que ya habían terminado oficialmente sus clases, para reunirse con nuestro grupo de paz fuera de la escuela. Por esta solución pacífica y feliz para todos, agradecimos a la directora de todo corazón.


Con confianza, seguimos a los aproximadamente 50 niños por el pueblo, que nos llevaron a la plaza del pueblo, frente a la pequeña mezquita. Algunos adultos con sus hijos pequeños en brazos se unieron a nosotros con interés.
Para todos los niños teníamos una bolsa de regalo con un peluche y material escolar, bendecida con información de la paz, consciencia de la paz y energía de la paz.Explicamos a los niños que este peluche les recordará siempre que deben ser pacíficos consigo mismos y con todos los seres. Los ojos de los niños, ya brillantes, se iluminaron de felicidad. En nombre de todos los alumnos, honramos a los representantes de los alumnos con un collar de corazón bendecido. El corazón sirve para recordar a los alumnos la conexión, la protección y las bendiciones.

Uno de los objetivos más profundos de nuestros viajes es animar y fomentar a la gente, especialmente a los niños. Tienen la oportunidad de realizar su potencial y encontrar su expresión única, así como de vivirla en paz. Aman, de cinco años, aceptó inmediatamente este impulso poniéndose de pie frente a sus 50 compañeros de clase y comenzando a cantar a pleno pulmón. El niño irradiaba tal poder que todos los niños se unieron inmediatamente y las fuertes voces infantiles impregnaron todo el pueblo durante varios minutos. La expresión de Aman nos llegó al corazón. La alegría, el entusiasmo y la apertura de los niños conmovieron visible y tangiblemente a los adultos. Felices, encantados y exultantes, todos los presentes aplaudieron.
Para confirmar su trayectoria, honramos al niño de cinco años con un corazón bendito. Su expresión y su poder para guiar a la gente quedaron muy claros: un momento significativo en la vida del niño de cinco años.
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